lunes, 12 de abril de 2010

Desconectados

Hoy se conecta como siempre a la espera de que la sala no esté muy concurrida y pueda estar varios minutos retocando el blog, limpiando el correo y visitando las plataformas sociales, estas páginas que están tanto de moda hoy en día y llegan a resultar tan molestas y a la vez tan necesarias. Veinte minutos más tarde, una ventana irrumpe su relax momentáneo mientras escucha Creep y se le dibuja una sonrisa muy a pesar del cansancio de los exámenes.

Lya19 nunca se a atrevido a preguntarle su nombre de verdad, considera que forma parte de la misticidad de su relación. Unas conversaciones que son ahora la motivación de sus días.

Siempre había soñado con encontrarse a alguien que comprendiera sus preocupaciones, riera sus estridentes comentarios y movilizara sus ánimos.Claro, que ella lo situaba a la salida de un bús, justo a la llegada a la parada, un chico que recogiera sus libros y retirara sus cabellos con un suave gesto. Pero no, eso es demasiado cursi para su ya aprendido modo de vida masculino.Ha aprendido a conformarse con la comodidad de su cuarto y la confidencialidad de su Pc que le ofrece el anónimo para quién no aprende a ser ella misma. Pero ahora tenía a Shylar21, que más que un posible rollo había cautivado su espacio de intimidad.

Shylar21 dice: Hola nocturna, komo van hoy esos estudios?

Lya19 dice: idem. Otro día de series

Shylar21 dice: ....y de tertulia condescendiente con el peor de los comentaristas

Lya19 dice: O con el mejor de los demagogos ;P

Shylar21 dice: XD No creo tus palabras, me conoces más que a nadie

Shylar21 fuma mientras escribe. El insomnio ahora se hace más llevadero desde que un chat, sin saber cómo, ha convertido sus noches en sustituto de la valeriana. Aún no se explica cómo puede haber gente tan friki como él rulando por esos lugares y menos, una chica. O eso cree, porque nunca la ha llegado a ver, tiene miedo de que pueda llegar a colarse y peor aún, de enamorarse. Todo puede complicarse en ese caso. Todo siempre acaba mal. Pero Ella acaba convirtiéndose en una droga bastante atractiva , es entonces dónde deja verse a Él mismo, no tiene miedo a parecer demasiado entregado. Simplemente, le relaja leerla.

Shylar21 dice: donde te metes lagartija?

Lya19 dice: um...me ha brotado una cola o algo por el estilo para ese apodo?

Shylar21 dice: no , mujer, es por resaltar tu manera de escaquearte (nada más lejos de la realidad...:) En fin, que hacías?

Lya19 dice: na,...pegando con la escoba a mi techo, algo muy común..

Shylar21 dice: Ein? De todas las tias de la red he tenido que hablar con una psicópata...

Lya19 dice: ¬¬ es mi vecino, gracioso.. otra vez con esa maldita música...

Shylar21: -acaba de desconecarse-

Nunca habían quedado para encontrarse, pero eso era un paso que debían tomar después de casi dos meses conversando madrugada tras madrugada. Lya19 fantaseaba con el aspecto de su contertuliano más allá de la breve descripción que Shylar21 le había ofrecido: ropa informal, camisetas negras acompañadas de logotipos musicales, moreno y ojos claros; a añadir ideólogo, descarado e ingenioso, pero eso es algo que Ella había descubierto de primera mano.

Él, sin embargo, ya había planteado su hipótesis hace tiempo pero al igual que Ella, no había llegado a una conclusión clara. ¿Cuántas chicas de 1.66 pelo rizado y ojos rasgados pueden patear el mundo? Muchas, claramente ¿pero como Ella?Ciertamente ninguna..

Todas las noches agonizan en cada despedida temiendo que el tiempo se les consuma demasiado rápido y tengan que esperar otra jornada para poder divagar en sus entruncados momentos bajo el código encriptado que sólo ellos dominan. Eso, o que la defectuosa red acabe con sus adictivas charlas por un colapso de líneas. La vida enfrascada en la pantalla de un ordenador, una versión ciega de la realidad que se disfraza de eternos alias y no dejan mostrar que la ventana de un segundo sin ascensor apunta a horas largas de la madrugada una llamada de atención que un ático nocturno acalla a golpes de melodía estridente. Unos ojos cansados y lagrimosos que no atisban a mirar en la escalera cuando el cruce de buenos días deja un perfume tranquilizador para quién no sabe de quién proviene, para quién no atisba a pensar que la manos que te saludan esa mañana te han podido despedir en la noche, tecleando a corazón abierto por la pantalla de un frío pero acogedor monitor.

Venganza

Puedo escribir y escribir líneas hasta caer rendida sobre la mesa y nunca podría reinventarte. No sabes las veces que te he llamado a mi encuentro y parece que te has desvanecido en la nada sin dar cuentas del momento en que decidiste pasar la hoja de mi recuerdo. Maldito seas. Odio tenerte en las caladas de mi desesperación anhelando los surcos del colchón. He guardado las lágrimas más sentidas para mezclar la tinta de la pluma con la que cuento los días de mi felicidad para que nunca se den al olvido, para que nunca mueran, en el caso de que los años flaqueen mi cansada memoria. Aquí en los anales de la tierra confío en que las tardes de verano en las que me impregné de tu olor te hayan atormentado pidiéndote beber de mi saliva y respirar de mi aliento tanto o más de lo que yo enloquezco. Es mi venganza personal, todos condenados, todos despachados.
Hace tiempo que no como, ni bebo, ni fumo, ni duermo, y poco a poco voy perdiendo la capacidad de hablar. Lo que antes cantaba para hacerte dormir ahora lo escribo para hacerte despertar,gritándote desde lo más hondo de mis entrañas que me rescates de la apatía y la necesidad de quererte cerca.