jueves, 10 de diciembre de 2009

Agua y aceite

Voy ha hacerme un blusón con tu piel, no por liquidarte como raza sino exhibirte como trofeo de guerra ya que la batalla está perdida.
Soy un fantasma pululando por las esquinas para sorprenderte en un ¡chash! y desarmarte sin que pongas resistencia, porque a pesar de que leo tus facciones como si me mirara en un espejo, eres la materia oscura que resulta de mis inseguridades.
Como el antítesis de mi yo te opones a ver tu mismo ego de autosuficiencia y sé que puedo absorberte del mismo modo que las gotas de aceite se reagrupan porque son de la misma densidad. Creo y sé, que puedo y debo embelesarte, aunque luego me turbes y resultes un incómodo doble. Pero hoy me siento fuerte para abrirte los ojos y enseñarte que existe un más allá de lo que tu llamas soy.
Aún a pesar de caerme desde un rascacielos por intentar subirte a lo más alto, no hay remedio si te digo que vuelo sin tener alas porque el riesgo ha dejado de formar parte de mis limites. Ya no me asusta desplegar los labios en una amplia sonrisa si la barriga me estalla de euforia, no me escondo si me atisbas por los pasillos debiéndote un cordial saludo, no rehuso la idea de verte a solas si la ocasión lo apremia por temor a trabarme en babeos y sorbos de café, no me achanto si requiero un pellizco de picaresca aunque ésta no sea mi especialidad.
Te repelo y me atraes, me hablas y me callo, te odio y te pienso, me escondo y reapareces como una maldita agonía a cada momento que me libro de ti porque la única razón de mi confusión es que soy la otra que aún no has visto. Esa que no teme más que al tiempo que se le escapa. El polo opuesto que se queda mirando tras los ventanales de unas pupilas dilatadas sin poder hacer nada para calmar la desazón de una visión tan pesimista. De una yo tan triste, de una mi me conmigo.
Mientras los cationes censuren que el agua se disuelva jamás podrá mezclarse con el aceite. Ni habrá cohesión entre iguales, ni habrá liberación de energía, y no es porque yo sea negativa sino porque tu eres estable y yo agua corrompida.

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