domingo, 28 de junio de 2009

Mirarme en el espejo

Muchas veces nos asomamos al espejo intentado descubrir a alguien nuevo que nos salude con una amplia sonrisa pero sucede que, nos encontramos con la misma imagen desoladora de quien espera. El minuto antes de encontrarnos con el reflejo es el más disfrutado de todo el día.. La esperanza es lo último que se pierde...y la sensatez, lo primero.
No podemos cambiar el aspecto con un lavado de cara, dos cepillados o unos toques de brocha... porque, lo que nos hace sentirnos igual de vacíos es lo que se guarda más al fondo. Allí dónde los miedos toman asiento y las debilidades duermen en rincones, el Nuncajamás de nuestro niño interior.
Y sales.
Intentas disimular esa falta de seguridad, sonríes abiertamente, gritas al aire y miras con audacia, como si de un momento a otro te pudieran sorprender con algo que desechara todas las noches de reflexión y te regalara una bocanada de aire. Un titular de buenas noticias que amansaran tu desánimo para levantarte cada mañana.
No. Eso no es lo que te espera.
Ocurre que explotan arrítmicamente estados incoherentes. Unas veces bruja, otras damisela. Y derrochas tanto alegría como ira por todos los poros de tu piel. Te sientes benévola y verduga.
A veces pides que te trague la tierra y deseas con todas tus fuerzas algo, desaparecer.
Soy un estandarte de mondadientes que se pasa el rato temblando ante los avatares y no hago nada por poner resortes. Una vez derruido se vuelve a construir pero partiendo de la misma base, tan hecha añicos como el sentido de tenerla en pie.
Piensas que esta vez será la definitiva pero comienzas a flaquear en expectativas.
Egoismo. Dejas de colocarte las gafas de los demás porque prefieres no ver que apaleas y te vuelves ciega, sorda y, consecuentemente, muda. Es la única manera de apaciguar por un momento tu furia. Más tarde la sofocará alguna pared.
Llenar algo que no sabes cuanta capacidad tiene es un reto de demasiada entrega y nadie está dispuesto a cavar, a limpiar tu sudor, a relevarte en el trabajo y tomar ese aire que tanto llevas esperando.

He vuelto a mirarme en el espejo, y aún a pesar de saber que me espera, lo hecho por los viejos tiempos. Qué felicidad sentir que hoy puede ser diferente....

Creo que debo comprarme otro espejo,¡este no tiene sentido! Jodido, espejo...
De nuevo a plantearse otra vía, otro quizás mañana porque hoy.... hoy no he visto a nadie que me saludara. Ni a mí misma. Por una vez en mi vida voy a tener suerte y se han escuchado mis ruegos.
No veo nada, no hay nadie. No soy, no existo.


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